La renta fija ofrece del 2,3% a corto plazo al 5,9% del ‘high yield’
- Las duraciones inferiores a 3 años apenas garantizan un 2,3% de rentabilidad
- Solo el largo plazo y el ‘high yield’ superarán el incremento de precios previsto
- Cómo batir la inflación este año: a qué rentabilidad se puede aspirar según el riesgo
El panorama para los inversores conservadores ha cambiado mucho en estos últimos cinco años. Durante la década de los tipos cero (hasta 2022), lograr algo de rentabilidad sin riesgo era una quimera ya que la deuda apenas ofrecía algo de retorno por encima de una inflación, eso sí, en mínimos. Tras la salida del Covid, el boom de los precios llevó al BCE a comenzar el ciclo de subidas de tipos, provocando fuertes pérdidas en los tenedores de bonos pero abriendo una nueva escena en este tipo de activos ya que a partir de entonces sí era posible encontrar deuda sin riesgo con algo de rentabilidad.
Una vez que se llegó al techo de las subidas de tipos, entrar en renta fija era tirar a balón parado ya que el cobro de los cupones prácticamente aseguraba no perder dinero independientemente de lo que hiciera por precio un bono que, además, debería tender a revalorizarse a medida que el BCE fuese reduciendo tipos.
Sin embargo, ahora se da un momento complejo tras la reducción de los spreads. Para el inversor que quiera entrar ahora en renta fija, superar el umbral de la inflación, situado aproximadamente en el 2,5% en España, no es tan fácil, al menos sin asumir algo de riesgo. De hecho, el mercado solo proyecta una rentabilidad anual del 2,3% en deuda soberana europea a corto plazo (duraciones entre 1 y 3 años), con lo que apenas se podría batir al incremento de precios.
Por tanto, sería necesario elevar el riesgo para poder obtener rentabilidades reales este año en renta fija, bien a través de la calidad de los activos, bien a través de la duración. Si elevamos el plazo, la deuda europea soberana con vencimientos más largos da, de media, un 3,2%, según los índices de Bloomberg y Barclays. Esta rentabilidad es la misma que se exige en el mercado secundario a las emisiones de las empresas. La otra opción es elevar el retorno a cambio de perder calidad. Es decir, comprar deuda que no esté calificada con grado de inversión y que por ello te remunere mejor. El high yield europeo, tras un fuerte estrechamiento de los spreads en los últimos meses, ofrece un 5,9% de media.
«En el contexto actual de mercado, después de dos años consecutivos muy positivos para la renta fija es de esperar que este año los rendimientos a conseguir sean algo más comedidos por la progresiva reducción de los tipos», explica Rafael Valera, consejero delegado y gestor de renta fija de Buy & Hold. «Dicho esto, consideramos que nuestro trabajo está en conseguir mantener la senda alcista con buenas rentabilidades ajustadas a cada perfil», agrega. «Con estas premisas, preferimos la deuda corporativa porque ofrece un extra de rendimiento sobre la soberana, el abanico de emisores y emisiones es mucho más amplio y la información financiera que publican las empresas no sayuda a medir muy bien el riesgo real a asumir en cada caso y, por tanto, a detectar cuándo lo ha podido exagerar el mercado en sus valoraciones», concluye el experto.
Ignacio Fuertes, director de inversiones de Miraltabank, explica que «el consenso con el que cerramos el año favorecía la toma de riesgo en duración en Europa frente a EEUU, especialmente debido a la situación económica de países como Alemania, lo que llevó a descontar más recortes de tipos». «La curva de tipos comienza a perder las expectativas de recortes a este lado del Atlántico y ante la previsión de un aumento del gasto público y los déficits, los tramos largos tienden a ganar pendiente», agrega Fuertes. «Nosotros apostamos por la calidad y por activos que nos proporcionen tipos de interés reales positivos y, en este contexto, nos inclinamos más por la deuda soberana estadounidense a largo plazo, los bonos ligados a la inflación, los convertibles en Europa y algunos bonos emergentes en divisa local», concluye.
Precisamente en el último informe de BlackRock sobre renta fija, apuntan que es necesario que ahora los inversores miren más allá del cash e incrementen sus posiciones en renta fija para beneficiarse de los mayores yields y conseguir un retorno previsible de una cartera diversificada. Exponen que el crédito europeo «sigue ofreciendo rentabilidades atractivas, con unos fundamentales sólidos y sanos de cara a los próximos 12 meses. En esta cuestión va a ser clave la evolución de la macro. Por un lado, si Europa cae en recesión, los tipos tendrían que ser recortados más rápidamente para apoyar la economía. Sin embargo, de forma paralela, los spreads de los componentes con más riesgo, como el segmento corporativo, podrían verse incrementados. «De momento la eurozona permanece resiliente, con una inflación a la baja, con lo que esperamos que el BCE sea menos restrictivo hasta llevar los tipos al 2% a final de año, por lo que pensamos que los inversores llevarán su efectivo hacia productos de renta fija», concluyen desde la entidad norteamericana.
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