El ‘T-Note’ ofrece 80 puntos más de rentabilidad que el S&P 500, ¿merece la pena estar en Wall Street?
- La bolsa estadounidense cotiza con una prima del 13% sobre su media de la década
- Su expectativa de rentabilidad para este año apenas es del 3,65%
- Ni ‘value’ ni ‘growth’: La otra filosofía para encontrar buenas ideas de inversión este 2025
Cuando uno asume un riesgo, normalmente es porque la recompensa a obtener es mucho mayor que las pérdidas que habría que asumir en caso de que saliese mal la jugada. Sin embargo, a veces los movimientos de mercado distorsionan esta máxima para el inversor. Es lo que está pasando en los últimos meses con la relación entre la renta fija y la variable de Estados Unidos.
El inicio del proceso de bajadas de tipos por parte de la Fed no está siendo tan progresivo y visible como se anticipaba, ya que la economía ha mostrado una gran fortaleza, así como el mercado laboral, lo que interfiere en el control de la inflación. Además, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y, sobre todo, sus propuestas arancelarias son otra fuente de inflación que ha llevado a los mercados a apenas descontar solo un recorte este año, lo que a su vez hace que los inversores no compren tanta deuda soberana.
Así, el bono estadounidense a 10 años, que ya se encontraba en niveles históricamente altos, ha llegado en este inicio de curso a cotizar en la zona del 4,8%. Esa rentabilidad ha sido suficiente para que los inversores recuperen el apetito por este activo y, desde ahí, el rendimiento exigido ha retrocedido hasta el 4,44% actual, nivel que se sitúa por debajo del comienzo del año.
En paralelo, la bolsa de Wall Street iniciaba el año después de una vertiginosa subida de más del 23% en 2024. Hacia mitad del mes de enero, el S&P 500 ya cotizaba de nuevo en máximos históricos, por encima de los 6.000 puntos y, pese a las ventas que provocó este inicio semanal el primer susto arancelario de Trump, el índice de referencia de EEUU está un 3% por encima de los niveles en los que comenzó el curso.
Así, máximo sobre máximo, en los últimos meses y años los múltiplos a pagar por entrar a Wall Street han sido cada vez mayores. Pese a que los beneficios de las compañías también han ido en ascenso, el S&P 500 ha ido más rápido y ha exigido pagar cada vez más a los inversores por no perderse su rally infinito. En los últimos 10 años ha promediado un PER (veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción) de 19,7 veces, muy por encima de cualquier otra bolsa mundial. Actualmente, el precio supone pagar un 13% por encima de esa media. O lo que es lo mismo, un PER de 22,4 veces.
Con este multiplicador de beneficios, por la inversa del PER, el inversor que compre ahora S&P 500, tan solo podría esperar una revalorización del 3,65% a lo largo de este año, 80 puntos básicos menos que, paradójicamente, un activo con mucho menos riesgo como es el bono soberano a 10 años de Estados Unidos. Esta diferencia hace apenas unos días llegó a ser de 100 puntos básicos, la máxima vista desde el año 2002.
Esto lleva a reflexionar sobre si merece la pena, por tanto, asumir este riesgo entrando en bolsa teniendo alternativas mucho más seguras que, incluso, te prometen un rendimiento mayor. Desde Buy & Hold consideran que «otorgar más o menos peso a renta fija o variable depende de cada perfil. Sin embargo, ante un potencial de rentabilidad similar entre dos activos, tenemos claro que siempre elegiremos el de menor riesgo, pues vemos innecesario asumir incertidumbres sobre nuestra inversión cuando no está claro que vayan a suponer una recompensa extra», explica Antonio Aspas, socio cofundador y consejero de la gestora.
La respuesta, en parte, está en el futuro, ya que lo que compras hoy no tiene por qué ser lo que recibas mañana. Por la parte del bono, la lógica lleva a pensar que ha tocado un techo de rentabilidad (suelo de precio) y que en los próximos meses las ganancias no se quedarán solo en el cupón sino que también vendrán por la parte del precio. Por el lado de la bolsa, los expertos esperan que en los próximos años los beneficios sigan creciendo y no anticipan riesgo de recesión en EEUU.
Por tanto, también cabe alguna revalorización extra en Wall Street a medida que los beneficios justifiquen, al menos, las valoraciones actuales. El consenso de analistas que recoge Bloomberg calcula que el S&P 500 haya cerrado 2024 con un beneficio por acción de 234 dólares, el mayor de su historia. No obstante, para este curso ya iniciado la previsión es un crecimiento del 13,8%. Para el siguiente, los expertos recogen un aumento del BPA del 12,3%. A esto, se podrían sumar las posibles revisiones al alza que puedan llegar y ahí estaría el atractivo de la bolsa norteamericana.
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